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¿Será el ERE de Iberia el mayor de la historia en España?

Si este jueves el expediente de regulación que anunciará la compañía afecta a más de 6.830 empleados, obtendrá este dudoso honor. En las últimas semanas, publicaciones como el diario de la industria turística 02B apuntaban a 7.000 despidos, prácticamente un tercio de los 20.000 trabajadores de Iberia, que registró pérdidas de 263 millones en el primer semestre del año, lastrando la cuenta de resultados del holding IAG, formado por la aerolínea española y British Airways (BA). De hecho, BA cerró la primera mitad del ejercicio con beneficios moderados de 13 millones de euros.

El plan de reestructuración, que se presentará a la vez que los resultados, se perfilará estos días durante los consejos de Iberia e IAG. Previsiblemente, será el sector británico el que marque las pautas del expediente para la empresa presidida por Antonio Vázquez: desde abril, el CEO de British, Willie Walsh, habla de despidos en Iberia. Un expediente que no dejará títere con cabeza: aunque caerán miles de trabajadores entre el personal de tierra (unos 14.000 empleados), el ERE se cebará especialmente con dos colectivos privilegiados, el de los pilotos, asociados en torno al sindicato Sepla, y el de los directivos.

Estos últimos son un gremio seriamente amenazado: pululan 400 entre las diferentes ramas de la compañía (alguna no está relacionada siquiera con la aviación), a cuatro por cada nave propiedad de Iberia. La empresa niega que los directivos sean 400, sino que habla de 86; el resto, asegura, entra dentro del convenio general que abarca a toda la plantilla, independientemente de que ocupen cargos de responsabilidad. Sea como fuere, en Iberia existe una telaraña de direcciones, subdirecciones y direcciones generales sin horizonte a la vista, amén de los consejos de administración, a los que acuden ilustres como Rodrigo Rato a cambio de embolsarse una cuantiosa suma.

El segundo es el colectivo de pilotos, unos 1.500, quienes hacen la guerra a la dirección desde hace meses, si bien con intervalos de paz, incluidos algunos litigios judiciales que han terminado en la Audiencia Nacional. Rebotados desde la creación de Iberia Express, la filial low cost (y menos cabreados desde que un laudo arbitral y una sentencia han obligado a Iberia a contratar pilotos con el convenio de la casa matriz, y no con otro peor), los aviadores también están amenazados. “Lo que cobran los directivos es muy inferior a lo que ganan los pilotos”, protestó la compañía en un comunicado hace meses. Los pilotos lo niegan. Según la aerolínea, estos se embolsan 200.000 euros anuales más complementos. El Sepla rebaja la cifra a poco más de 130.000 euros con complementos, que viene a ser un sueldo similar al que ganan sus colegas de British Airways (110.000 libras anuales de media).

La dirección también les acusa de trabajar pocas horas y de reposar mucho. “El descanso de doce horas es un invento del Sepla”, afirmó la compañía en marzo, en una nota de prensa desafiante.