-1,9 millones
de pisos a la venta tanto de primera como de segunda mano;
-1,3 millones de pisos en proceso de construcción;
-2,6 millones
de pisos no incluidos en ninguna de las categorías anteriores, que están en
zonas de primera residencia y que se hallan vacíos.
Los precios de
los pisos comenzaron a bajar a mediados de 2006 (3er trimestre). Los precios de
los alquileres lo hacen ya desde principios de 2007. Mientras que los primeros
ya han descendido el 45%, los segundos lo han hecho en el 40% de media.
Las reformas de
la Ley de Arrendamientos Urbanos, que suponen un reforzamiento de los derechos
de los caseros, conlleva una salida muy fuerte pisos al mercado del alquiler.
Así mismo, muchas viviendas que no acaban de ser vendidas, pasan a formar parte
del mercado de alquiler. A todo ello hay que sumar una demanda muy mermada de
pisos como consecuencia de la contracción de la población por su
envejecimiento.
Por las razones
expuestas, los precios de los alquileres continuarán bajando. En este mercado
el inquilino tiene la sartén por la mano; cualquiera que te diga que diga lo
contrario no conoce el mercado. El aumento de la demanda de alquiler es muy
inferior a la oferta registrada.
Si como
inquilino pagas la misma renta que en años anteriores, algo haces mal.
Principios
a seguir como inquilino:
1. Infórmate
sobre cuál es el nivel real de precios de alquiler en tu zona. Para ello
dirígete a varias inmobiliarias. Las harás desfilar una a una por el piso que
ocupas y que alquilas haciéndote pasar por el propietario. Estas te podrán
realizar una valoración del alquiler de mercado sin saber que hablan con el
inquilino. Con el fin de que las inmobiliarias estén dispuestas a este
esfuerzo, diles que eres el propietario y que estás pensando en concederles la
exclusiva de alquiler;
2. No te cortes
un pelo a la hora de exigir descuentos en el alquiler de la casa que ocupas.
Los recursos más socorridos han de ser:
a. Que estás
pagando más que en la zona; sustenta tu petición en las valoraciones que te
hayan realizado las inmobiliarias;
b. Que te vas a
quedar sin trabajo y que deseas seguir pagando aunque no sea verdad;
c. Cualquier reparación que haya realizado en la
casa;
d. La situación
económica del país y cómo los sueldos están bajando (aunque no sea tu caso).
3. Como una de
las muy pocas formas de rescindir el contrato, siempre que pagues, es por
voluntad del inquilino, no dudes en amenazar veladamente con que te marcharás
en caso de que el propietario no se acomode de forma dinámica la nueva
situación de precios;
4. Ser
consciente de que, a pesar de todos los cambios legales, y dependiendo de tu
juzgado y de cómo sepas jugar los pasos del proceso, puedes estar por la gorra
en el piso desde 6 a 24 meses. Nunca lo diría de forma abierta sino lo dejaría
caer con un "ya sé que puedo estar sin pagar muchos meses, pero yo quiero
pagar este precio";
5. Mantén una
conversación con el propietario y luego, de forma esquemática, envíale tu
propuesta por escrito. Una oferta por escrito es tomada de una forma más seria
aun cuando las posiciones sean muy distantes;
6. Aquellos
precios de alquiler que hace poco te parecía ridículamente bajos pueden ser ya
ahora en tu zona comunes y lo que ahora es un buen precio, mañana será caro, es
cuestión de esperar
Un principio
que nos ha de perder nunca de vista es que, dentro de la legalidad vigente, has
de comportarte de la forma más marrullera posible. Con el fin de que te rebajen
el alquiler vale todo dentro de la legalidad. Has de tratar al propietario de
acorde a los mismos principios que les permitieron inflar la burbuja
inmobiliaria en el período 1973-2006, es decir, ha de existir reciprocidad de
trato en todo momento.
Si hay algo que
hay que perder para negociar a la baja el precio de un alquiler, eso es la
vergüenza. Uno pide lo que quiere por su casa y otro ofrece lo que le parece
adecuado.