La polémica ha rodeado habitualmente la relación entre AENA y su participada Ineco,
a la que proporciona un buen número de contratos a lo largo del año. En
virtud de un protocolo firmado por ambas sociedades, Ineco se asegura
una facturación del entorno de los 70 millones de euros en encomiendas
de servicios del gestor aeroportuario, lo que ha puesto en pie de guerra
al sector de las ingenierías privadas.
Sin embargo, el beneficio parece ir en una sola dirección, la de Ineco.
Mientras que esta compañía ha logrado, pese a la crisis, cerrar sus
últimos ejercicios con beneficios y crecientes cifras de facturación,
AENA no ha dejado de acumular números rojos y, sobre todo,
endeudamiento. La compensación tampoco llega vía dividendo, ya que de
acuerdo con las últimas cuentas publicadas, AENA ingresó tan sólo 7,2 millones de euros en concepto de retribución al accionista de Ineco
(en función de la participación del 46% que posee). Es decir, apenas un
10% de lo que la ingeniería pública ingresa gracias al gestor
aeroportuario.
Precisamente, Ineco es capaz de dar dividendo porque los beneficios
coronan su cuenta de resultados en los últimos años. La compañía pública
cerró 2011 con resultados positivos por valor de 14,6 millones de
euros, una cifra que contrasta de forma notable con las pérdidas
superiores a los 220 millones de euros que registró AENA Aeropuertos en
el mismo ejercicio.
La legislación permite a AENA contratar con Ineco (pese a que
controla un 61% de la ingeniería pública) pero el procedimiento ha de
ser en el marco del correspondiente proceso público, lo que contradice
que los contratos no hayan sido publicados en el Boletín Oficial del
Estado. Pero lo que no le está permitido hacer a AENA es ceder funciones
públicas a sus sociedades participadas. Es decir, no puede encomendar
labores que le corresponden a empresas en cuyo capital participa.
Algunas de las encomiendas de AENA que llevó a cabo Ineco, como por
ejemplo la coordinación de los slots aeroportuarios, son tareas propias
del gestor y, por lo tanto, no podía cederlas a una compañía
participada.
Con el cambio de Gobierno y un nuevo equipo en el Ministerio de Fomento
la situación no ha cambiado, toda vez que la mayor parte de la anterior
cúpula de AENA se mantiene en su puesto. Como accionista principal de
Ineco, el gestor aeroportuario cuenta con varios puestos en el consejo
de administración de la ingeniería, con lo que estos representantes sí
obtienen réditos de los buenos resultados de la ingeniería.